Como
canta la canción infantil: “Cuando yo era pequeñito...”. Pues cuando yo era pequeñito y era día de derbi, me levantaba con el pie
derecho pensando que gracias a eso el Atleti ganaría, por fin, el
maldito partido. Nada. Sí, era pequeño e ingenuo. Confiaba en la
victoria del equipo al cien por cien. Horas antes de empezar el
derbi, imaginaba con mi camiseta rojiblanca la victoria del glorioso,
imaginaba ese gol de Torres que nunca llegaba, imaginaba llegar al
día siguiente a una clase, con solo dos personas atléticas, y
entrar por la puerta con una sonrisa inmensa y mi camiseta. Pero lo
único que pasaba al día siguiente era que entraba yo por la puerta
pero solo con mi camiseta, no con una sonrisa inmensa. Nada. Ahora
todos los niños que tenemos 10 o 20 años nunca hemos visto ganar al
eterno rival (desde que tenemos uso de razón). Así que seguimos
soñando con lo mismo, con esa ansiada victoria, con ir a clase el
día siguiente o con llamar al amigo madridista y decirles un “y
ahora que” pero año tras año, las ilusiones acaban cayendo. Son
muchos los golpes madridistas que hemos recibido en estos años, sé
que los atléticos siempre confiamos, siempre tenemos fe en nuestro
equipo (no en nuestros dirigentes, no confundamos) y esos golpes
influyen en la fe por eso nuestra generación debería pensar en
“cuando era pequeñito”, recuperar la ilusión. Tengamos poca fe o poca ilusión, hay que reconocer
que todos los días de derbi recorre por nuestros cuerpos un... un...
algo que nos hace pensar aunque sea por un segundo en la...vict... ya
sabéis. Aunque no seamos creyentes, esta frase nos viene al dedillo
“que sea lo que Dios quiera”. Todo puede pasar. Los atléticos
somos unos románticos, nos caemos y nos levantamos, nos
dan y más orgullosos estamos, así que porque ¿no?. No se si
vosotros cuando erais pequeñitos pensabais como yo, lo que sé que
un año más he vuelto a recuperar esa ilusión aunque se empeñen en
derribarla. Ya saben: CREER HASTA VENCER.
No hay comentarios:
Publicar un comentario