martes, 24 de abril de 2012

Nadie nos podrá parar


No parar hasta conquistar esa es la clave:

Conquistamos la ciudad más antigua de la historia, la ciudad de los gradiadores, la bella ciudad italiana, la capital Italiana, conquistamos Roma y de manera imperiosa.


Conquistamos la ciudad otamana, la ciudad del ágil guerrero otomano, la ciudad de los siempre peligrosos turcos, la siempre mítica Constantinopla, conquistamos en el infierno turco, conquistamos Estambul y de manera imperiosa.


Conquistamos tierra bárbara, el país de los teutones, de los incansables guerreros alemanes, de los peleones del balonpié, el territorio que puso en jaque a todo el mundo, el gigante de Europa, conquistamos Alemania y de manera imperiosa.


Ahora tenemos un reto más bonito, conquistar la tierra del Cid Campeador, conquistar la capital del Turia, la ciudad que quiere frenarnos a la conquista de otra ciudad que para por la lejana Rumanía, toca conquistar Valencia y no hay que temer, porque creer es vencer.


Y tenemos motivos por el que creer y pocos por el que temer. Para miedo el que tenga el rival.
Porque tenemos a un tigre cafetero y anda suelto. Un tigre incansable, ansioso de gol, que ruge en la ribera del Manzanares y fuera de ella. Un tigre adaptado a toda selva, un cazador de presas, sea presa italiana o alemana, no discrimina. Y busca presa, tiene hambre y en su punto de mira tiene una rica presa, la valenciana. Tenemos a Radamel Falcao. Que teman a Radamel Falcao


Porque tenemos a un listo asturiano. Fino y elegante asturiano. Un goleador europeo con 10 tantos a la espalda, el Da Vinci atlético, el asturianín de moda. Que teman cuando coja el esférico porque saldrá por aquí o por allá pero saldrá, el 'Perfect-7' está imparable y quiere crear en nuevas tierras. Tenemos a Adrián López. Que teman a Adrián López.


Porque tenemos a un carioca pensador. Un brasileño mágico, un jugador inédito en las últimas décadas por el Calderón. Un superclase pausado que provoca grandes mareos a sus enemigos, un visionario especial, un tipo querido y un jugón en nuestras filas. Tenemos a Diego Ribas. Que teman a Diego Ribas


Porque tenemos a un despeinado turco. Un guerrero otomano capaz de luchar en el barro que bailar en una pista impoluta. Suelo, clase, defensa, ataque, no hay diferencias para el romántico turco. Su aspecto despreocupado, su cabeza y cuerpo extraño aguardan a un verdadero jugador clásico y técnico. Tenemos a Arda Turán. Que teman a Arda Turán.


Porque tenemos al que da sentido a todo esto. A la prolongación de la afición, al agitador de masas, el que nos hace creer. El que criticaban su inexperiencia y da muestras de experimentado. Al que ha levantado a una plantilla muerta y sin sangre. El que agita al rival e influye en el juego de sus hombre. Tenemos al 'Cholo' Simeone. Que teman al 'Cholo' Simeone.


Y lo más importante porque tenemos a una afición fiel y ruidosa. Tenemos la ilusión y sobran los motivos. Tenemos destino y no es otro que: Bucarest.




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