No, no podía ser de otra manera. El Atleti se tenía que
clasificar para las semifinales de manera que más le caracteriza, sufriendo
pero con gloria. Porque para alcanzar la gloria hay que sufrir y en esa
disciplina el Atleti tiene un máster. Con un Hannover cabalgando hacia una
remontada a lomos de su afición, saltó al terreno de juego buscando el gol que
le lleve a la siguiente ronda. Pero no lo encontró rápidamente.
Los primeros 45
minutos fueron de ‘stand by’, de respeto, de un Hannover “cómodo en ataque” pero
indeciso en metros finales y de un Atleti cómodo en defensa pero sin riesgos en
ataque. Mucha tregua en la primera parte y la esperanza del gol rondando en la
cabeza de alemanes y de españoles. Si el
Hannover acechaba tontamente y sin cabeza el área atlética, tranquilos que ahí
estaba Courtois para alejar todos los males. Sin problemas.
Algo de sufrimiento
rojiblanco pero los atléticos curtidos en mil batallas estamos, así que todo
correcto. Con la segunda parte, un
simple gesto de entrenador sirvió para cambiar el rumbo del encuentro. Diego al
centro, Adrián a la banda y el Atleti fue mucho más, acierto de Simeone. Ahora
el juego era para los rojiblancos, ahora pasaba todo por Diego y todo era más
fluido y claro. Si la primera parte fue de imprecisiones, la segunda fue de
precisión. Ahora lean atentamente que va la lección, la lección de Don Adrián.
Minuto 63, Diego comienza el ataque cede a Adrián y ¡pum! se detiene el tiempo,
regate a uno, a dos, se cuela entre dos defensores, encara al portero, le
regatea, se pausa, sienta a un alemán y con sangre fría acaba la jugada
hinchando las redes y liberando la angustia atlética, todo en el área.
Gol de
superclase, de asesino goleador, de jugador revolucionario decidiendo en los minutos críticos y dando
aire a su equipo. El gol fue crucial pero aún quedaba tiempo. 0-1.
El Hannover sufrió un duro mazazo con ese golazo
pero ya conocemos como son los alemanes y estos nunca se rinden. En el 81, la
muestra de mi teoría. Saque de banda alemán, centro al corazón del área, mal
despeje de Godín y Diouf calma el cuero con el pecho y ajusta el balón al palo
derecho de Courtois, imparable y vida para los locales. 1-1. Comenzaba el
sufrimiento atlético. Si ahora el Hannover atacaba sin cabeza pero con corazón
buscando la prórroga, le tocaba dar cabeza al Atleti y esa función va a cargo
de Diego. Minuto 86 cuando todo el estadio estaba histérico y todos los
atléticos más, llegó la calma con Diego y Falcao, pase (de nuevo) de Diego a
Falcao, control y tiro potente, definitivo y precioso.
Fin de la historia. 1-2,
KO alemán, euforia rojiblanca. Belleza con sufrimiento, clasificación merecida
y el Valencia en semifinales. Bucarest espera pero la ilusión por repetir lo
del 2010 ya no es un sueño sino una REALIDAD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario